Para mi, la belleza puede estar en cualquier parte, desde algo tan inmaterial como una idea hasta algo tan real como una persona.
Quizás sea complicado saber desde la opinión propia qué es la belleza máxima, porque piensas en montones de cosas que te gustan, que te ilusionan y te fascinan.
Siendo sincera, quizás si que sepa lo que es la belleza, o no, no lo se, pero tengo una ligera idea. En cualquier caso no sabría como explicarlo, porque buscándole explicación le quitaría su parte de belleza y no me gustaría, a mi lo que me hace vibrar de esa belleza es ese algo que no puedo explicar ni contar a nadie.
Finalmente, he decidido contaros un pequeño momento que aunque, probablemente no sea la belleza máxima si que, para mi, es belleza:
"Todo tuvo lugar en 2007, por aquellos años solíamos hacer viajes en familia sin importar la época del año, ni el momento, ni el lugar. Debido a mi temprana edad no era consciente de todo lo que estaba viviendo en aquel viaje. El tercer, o cuarto día no lo recuerdo muy bien, fuimos al Rockefeller Centre para admirar la pista de patinaje sobre hielo que hay ante ese edificio gigante, que parece que en cualquier momento vaya a romper el cielo, al fondo, la famosa estatua con sus ángeles, y sobre la pista, decenas de personas patinando y haciendo grandes piruetas ¡Cómo si patinar por esa superficie resbaladiza fuera tan sencillo!
Aquella epoca del año, en ese extremo del mundo suele ser muy fría, y en el momento en el que llegue a esa plaza, comenzaron a caer finos copos de nieve como los bailarines del lago de los cisnes y sus movimientos deslizantes sobre nosotros. Mientras, de fondo sonaba ese "New York, New York" de Sinatra, tan característico de esa ciudad.
Para mí, ese, como otros, fue un momento de belleza porque puedes sentir algo material e inmaterial a la vez, convirtiéndose ante ti en un segundo.
En una época tan mágica como la navidad es imposible no hacerlo, es imposible no soñar.
Una ciudad que no conocías y crees que es imposible sentir, salvo en ese momento en el que no importan las personas que haya allí, simplemente dejas de estar, para ser. Y es justo en ese instante cuando la sentí, y me hice partícipe de ella, en ese segundo, yo era Nueva York.