martes, 29 de octubre de 2013

SÍ, PAPÁ, PERO, ¿Y ESA?


Sí, papá, pero, ¿Y esa?. - Esa, hijo mío, es la única carta que tengo de aquel relojero de la ciudad que, misteriosamente, desapareció la víspera del día de difuntos el año que llegue a esta casa. En la carta, que él mismo escribió, contaba, que aquella noche, un hombre vestido con una túnica negra fue hasta su taller y que, segundos después, apareció muerto. Y desde entonces, su alma estaría junto a la última persona que hubiera cogido aquella carta. Y yo, la solté como si de una bomba se tratara.

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